Innovación

Antes de 2010, el curado en secaderos se realizaba generando calor mediante combustibles fósiles como gasóleo y gas propano. Entre 2011 y 2015, cooperativas y asociaciones agrarias realizaron inversiones de 60 millones de euros para su reconversión al uso de biomasa como combustible. Estas inversiones han contribuido al aumento de la calidad de la producción, a la reducción de costes y al ahorro energético, además de prevenir incendios, al utilizarse como combustible el material orgánico inflamable de áreas rurales y forestales. La utilización de subproductos agrícolas supone una valorización de los mismos, que también es fuente de generación de empleo. En 2019, se han tomado nuevas medidas de mejora de la eficiencia energética de los secaderos mediante la sustitución de turbinas por ventiladores axiales que consumen menos energía y proporcionan más caudal de aire.

El sector de primera transformación innova de manera continuada, con el objetivo de incrementar la productividad, aumentar la calidad de la hoja de tabaco, reducir costes y fomentar el desarrollo sostenible. Su elevada integración con los agricultores facilita la transferencia tecnológica al cultivo de la hoja. Actualmente, se están desarrollando variedades resistentes a plagas y enfermedades para así reducir el uso de productos fitosanitarios. A su vez, se incentiva la sustitución de herbicidas de origen sintético por otros de origen orgánico, entre otras medidas, debido a su menor impacto medioambiental.

La Trazabilidad de las cajetillas de tabaco

Desde el 20 de mayo de 2019, las cajetillas de cigarrillos y envases de tabaco de liar cuentan con un Identificador Único que facilitará su seguimiento y que se suma a unas nuevas marcas fiscales más seguras con elementos visibles, indelebles e inamovibles, que permiten identificar si el producto es auténtico.

Este sistema de seguimiento y trazabilidad está diseñado para el control del flujo legal del mercado del tabaco por parte de la Administración, entre otros de los cuerpos y fuerzas de seguridad de los Estados miembro, que podrán verificar con las herramientas correspondientes si todo está correcto.

Para el sector del tabaco, los requisitos de trazabilidad ha supuesto un importante esfuerzo  en innovación tecnológica, que ha implicado nuevos desarrollos e inversiones. Por ejemplo, en el caso de los fabricantes, les ha obligado a cambiar sus sistemas de producción para facilitar la impresión y lectura de los Identificadores Únicos. El nuevo sistema de trazabilidad ha conllevado también la mejora tecnológica en la distribución mayorista y minorista.

El viaje de una cajetilla trazada

Los productos de tabaco calentado tienen un potencial de riesgo reducido frente a los de tabaco tradicional con combustión y suponen una alternativa para los fumadores adultos e informados que deseen seguir consumiendo tabaco. Dado que no están totalmente exentos de riesgo, están destinados únicamente a fumadores adultos que estén buscando una alternativa al cigarrillo tradicional. En ningún caso deben ser utilizados por menores.

Recientemente, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha autorizado la comercialización de un dispositivo de calentamiento de tabaco como un Producto de Tabaco de Riesgo Modificado (MRTP), reconociendo que este sistema calienta el tabaco, pero no lo quema, lo que reduce significativamente la producción de componentes químicos nocivos y potencialmente nocivos.

Por tanto, es importante regular estos productos de manera diferente en función de sus características, como ya lo hace la Directiva Europea de los Productos del Tabaco y la normativa española que incorpora dicha normativa europea al marco jurídico nacional. Y más recientemente la FDA. Esta regulación diferenciada entre productos de tabaco debe tener en cuenta las diferencias en el continuo de riesgo de los mismos.

La comunicación al consumidor objetiva y basada en las evidencias científicas es especialmente importante para estos productos novedosos.